domingo, 1 de noviembre de 2015

La noche entre lo tangible y lo intangible.

Las tradiciones legitimadas por uno mismo, no son importantes, son vitales. Digo legitimadas, porque es necesario que cada uno las adopte porque de verdad cree en ellas, porque años, siglos y milenios después, aún siguen yendo acorde a nuestra esencia. 
Por eso, la diferencia entre imponer y escoger, es necesario conocerla, porque creo que no existe mayor libertad que la de poder elegir como vivir uno mismo, y eso sólo es posible revindicando nuestra individualidad en cada acto, incluyendo también la elección de nuestras tradiciones.

Yo por ejemplo, la noche del 31 de Octubre, siempre enciendo unas velas en honor a mis difuntos y también en honor a quien no tienen quien les honre y las dejo toda la noche en la ventana o en el jardín de mi casa. Esa es mi pequeña tradición.

Y si llevo años haciéndola, es porque creo que es importante seguir venerando y mostrando respeto a los que estuvieron aquí antes que yo, a los que me imprimaron con su huella y de los que aprendí y me crearon en muchas de mis partes a su imagen y semejanza. 
Es para mí, una noche para poder encontrar en algún lugar de mi corazón unos minutos con ellos y poderles dar y recibir un abrazo lleno de gracias, amor y protección que traspasa las barreras de lo tangible y lo intangible. 



Gracias por el amor que imprimasteis en mí y gracias por ser mis ascendentes, soy todo lo que soy, por lo que ha sido construido antes de mí.

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