martes, 29 de abril de 2014

¿Cómo pudo sucederme a mí?

Hoy me he acordado de que Sabina hace tiempo cantaba estos versos:

¿Quién me ha robado el mes de Abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¿Quién me ha robado el mes de Abril?
Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón...

Es gracioso cuando las historias de personas muy diferentes se solapan y en paralelo vuelven a repetirse y la letra de Sabina se hace viva y Abril sigue dejando descuidado, que el tiempo lo robe. Es en ese momento, cuando nos damos cuenta que algo importante se nos ha ido, que lo hemos perdido o nos lo han robado sin saber aún como ha pasado.

Por un momento podemos sentir desconcierto y es normal, nadie quiere ver su tiempo perdido. Sin embargo, cuando parece que caminamos desconcertados, Abril nos enseña sus nuevos rayos de sol, sus voces y todas sus mejores palabras que han estado guardadas en la boca de nuestros mejores amigos. Son los hilos que tejen una manta de amor infinito y resistente para cubrirnos y  llenar así el vacío de su ausencia.

Entonces también aprendemos que no es que Abril se haya perdido, es que solo se ha alejado para que podamos aprender de lo que teníamos más cerca. Y es en ese mismo instante cuando hacemos los dos un pacto:
-Si yo vuelvo a sonreír mirando al cielo y a los pájaros, él me pintará con lluvia, todas las flores del suelo que encuentre a mi paso. 

Como he decidido cumplir el pacto, me quedo con esta cita de Victor Hugo que también aparece en el libro y que sin duda acaba de entrar en mi lista de favoritas: "La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo, a pesar de ti mismo" 



Love friends.

domingo, 27 de abril de 2014

Una nueva RCP para que nos salve "la vida de la vida".

Cuando vives con una enfermera, aprendes muchas cosas y vives mil aventuras que probablemente pocas veces contarás. Con el tiempo, acabas hablando con naturalidad de la maniobra Heimlich, del spotting, de la asepsia y de otras muchas cosas que no nombraré aquí, pero que los que esteis en una situación parecida a la mía, os imaginareis con una sonrisa.

La gracia que tiene todo esto, es que yo siempre había tenido miedo a todo lo que llevara bata blanca, agujas o sacara sangre Y sin embargo en este tiempo he aprendido cosas muy practicas para la vida.
Algunas se encontraban en sus libros y ella me las ha enseñado, pero otras, las más importantes, eran lecciones que se encontraban en la vida y en cada persona.

Cuando pensaba que había aprendido los pasos básicos para hacer una RCP, me enseñó que existe otra que hay que practicar cada día y que esa es la que nos salva "la vida de la vida". Desde que la he aprendido a hacer, la practico cada día. 

Por eso aquí os dejo esta ilustración de Isella. ¡Para que os animéis a hacerla también!.


martes, 15 de abril de 2014

Mis pequeñas variaciones...

Soy de esas mujeres que me gusta andar por la vida con paso firme y fuerte, conquistando el camino. 
Hace un tiempo sobreviví a una gran tormenta y aunque es cierto que después brilló el sol, yo no lo podía ver con tanta agua. Había salido de la tormenta, pero me notaba debilitada, como si al andar no pisara sobre seguro. Por eso, cuando andaba y sentía que me tambaleaba, estaba intranquila buscando en mí esa capacidad que siempre me había caracterizado pero que últimamente no veía con la misma claridad. 

-Soy afortunada, he vivido en la tormenta y he salido de ella- me decía a mi misma- ahora soy más fuerte de lo que entré.
Sin embargo aunque estaba feliz de mis logros, no lograba saber donde debía apoyar mis manos para no volver a tropezarme, para poder seguir caminando sobre seguro y no volver a temer a la tormenta ni a la noche.

Un día milagrosamente descubrí que todas las respuestas estaban dentro de mí, y también fuera. Que mis logros y problemas que tan propios me parecían, solo eran patrones de vida que una y otra vez, salvo con pequeñas variaciones, todos habíamos ido viviendo... Y respiré aliviada.

Sentí como mi vida y todo lo demás, ahora estaba relativizado. Y vi con claridad de nuevo, donde estaban mis armas para seguir. Mi verdadera fuerza residía en esas pequeñas variaciones que me hacen diferente de los demás, las que guardan mi esencia y me hacen ser mi propio punto de apoyo. 

Agradecí tener tantas y supe que es lo que verdaderamente debía preocuparme cada día: aprender fortalecerlas. Así que por fin, después de mucho tiempo, rompí mi silencio para volver a gritar de nuevo que tengo mis poderosas armas, guardadas dentro de mis variaciones.

Aquí os dejo una canción que para mí resume todo esta tormenta pasada. Se llama "Cuarteles de Invierno" y se encuentra dentro del nuevo disco de Vetusta Morla, llamado La Deriva.



A ti Lori, gracias.